miércoles, 31 de julio de 2024

Cuatro manos entrelazadas, dos corazones sincronizados

Al revés.
Vives ahora
de fin a origen
de olor a semilla.

Vas enterrando
hoy cuerpos de ayer,
renaces pieles arrugadas
de un tiempo viejo.

Tejes bien tu vida nueva,
sabes, avanzas
arremetes
contra el negro
que hoy vencido
se rinde
a tu aroma de jengibre
al brillante color de la cúrcuma.

Te adereza
otra vida

Saboreas
sabes.

Autora: Ana Caballer

 

A mi amiga, mi confidente, mi familia.
No has dejado de hacer kintsugi con mi dolor.
¿Cómo se recompone una mujer rota en innumerables pedazos?

Te uniste a mi batallón, a mi red de apoyo.
Esa red sobre la que rebotaba en mis momentos más bajos
y me protegía de caer en el infierno emocional.
Me cuidaste en una etapa de extrema vulnerabilidad.
Creaste islas de bienestar temporal en las que pude refugiarme.

Incondicional, protectora, generosa, genuina, explosiva, arrolladora.
Tu simple presencia me empuja sin piedad a vivir.
Me siento viva cuando estoy contigo.
¿Cómo se aprende de nuevo a vivir?

Acompañas, reflexionas, compartes, motivas, jaleas, ríes.
Riada imparable de Vitamina F (F de friends).
Compleja en tu positividad.
Sincera en tus reacciones.
Atractiva en tu heterocromía.

Sublime poeta, no firmas tus anónimas poesías.
Nacen de una explosión de sensibilidad y creatividad.
Desbordada ante tu regalo: YO en poesía.
¿Conocéis a alguien a quien le hayan regalado una poesía? Sí, a mí.

Descumplo etapas,
cambio el sentido de mi flecha del tiempo.
Colecciono primeras veces, primeras experiencias.
Descubro emociones, sentimientos, pensamientos desaprendidos.
Reaprendo a vivir una segunda vida, una segunda oportunidad.
Desnudarme, arrojar mis tabúes, prejuicios, autocríticas, falsas creencias.
Incluso me reaprendo a mí misma.
Me cubro toda yo de jengibre y cúrcuma,
dejo en la cuneta de mi camino a la oscuridad.
¿Se puede recorrer el camino sin cargar con emociones negras? Sí, se puede.

Ana, eres mujer que se acepta tal cual es: TODO o NADA.
Atrapadora de esencias.
Intérprete de mi mundo interior.
Te quiero y te necesito en mi vida, formas parte de mi.

Autora: Rosa Cabedo

martes, 30 de julio de 2024

Encuentro con la mirada de la muerte

¿Cuál ha sido el día más doloroso de mi vida? De entre los candidatos, me siento incapaz de cuantificarlos y aún menos plantear una comparativa. Alguien diría que aplique una de mis máximas: lo que no se puede medir, no existe. En esta ocasión, no puedo estar más en desacuerdo. Importante contextualizar. Me es imposible hacer un ranking de una emoción como el dolor, pero sí puedo clasificar a los aspirantes en categorías. Son las siguientes:

  • Categoría I: tan sólo tengo recuerdos que rozan la sensación de un mal sueño.
  • Categoría II: muy a mi pesar, podría describirlos con todo lujo de detalles.
  • Categoría III: para salvaguarda de mi paz interior, también tengo uno en el que decidí vivir conscientemente cada segundo, sabiendo que eran los últimos.
  • Y, de entre este selecto elenco de pretendientes, el ganador pertenece a la primera de las categorías, pudiendo apropiarse de un título que podría ser "Encuentro con la mirada de la muerte".

    Doce de mayo de 2005. He perdido al pilar de mi vida. Día del entierro. Allí, en el mismo cementerio, junto al nicho aún vacío, unos ojos con un iris como el cielo en un día de tormenta miran fijamente el torso visible en el féretro y después se desplazan sobre mí. Siento cómo revienta mi corazón y mis piernas comienzan a temblar. No puedo soportar esa mirada tan desconcertante y me aparto con una rosa roja que aún conservo hoy en día. Esa rosa es uno de mis tesoros emocionales.

    Esa mirada se convierte en mi mayor pesadilla. Aparece en cualquier momento. Interrumpe mis actividades. Se inmiscuye en mis reuniones de trabajo y pretende ser la protagonista en mis -escasos- encuentros sociales. En los momentos de intimidad con mi pareja se interpone entre ambos. La siento sentada junto a mí en el metro, en el coche, en mis clases, ... Y, aunque no lo recuerdo, no sería de extrañar que también protagonice mis terrores nocturnos. Parece ser que -aparentemente- me despierto gritando, con los ojos abiertos y en pleno ataque de ansiedad. Repito, no lo recuerdo.

    Dicen que el tiempo lo cura todo. No es cierto. Si no hacemos nada por gestionar nuestro dolor, el tiempo simplemente pone capas que nos crean una falsa ilusión de superación. Un día cualquiera puede crearse la tormenta perfecta que provoque que esa herida brote de nuevo a la superficie de manera abrupta, desmedida y nos lleve al punto de inicio, ese que creíamos haber "superado". Hablo desde la experiencia.

    Han pasado ya unos años. Llaman al timbre. Cuando abro el portón, frente a mi se encuentra esa mirada penetrante, sedienta de información golosa por todos sus poros. Mis escasos recuerdos del día en que nos conocimos sin hablarnos vienen a mi mente en cascada. Esa mirada me ha trasladado a ese cementerio, a esa caja, a esa rosa, ..., a esa pérdida. Todo el dolor se abre paso y me invade por completo. Es un dolor con patas que ha vuelto a mi como un boomerang. Aunque, debo reconocerlo ..., nunca me ha abandonado.

    No comprendo por qué está en la entrada de mi casa junto a otra persona que parece ser comenta más tarde que es pariente lejano mío. Ahora somos vecinos, viven en la misma calle. No lo recuerdo. Sin embargo, a quien no olvido es a ansiedad, que viene a mi encuentro más fuerte que nunca, nutrida por la nueva presencia y por el impacto que causa en mí. El corazón no para de golpearme, las piernas no me sostienen y el sudor frío, ese que aparece momentos antes de que sientas que vas a perder la conciencia, se adueña de mí.

    Siempre tendré grabado en mi mente el mensaje de esa siniestra mirada: muerte.

    Muerte, eres codiciosa. Estás ávida de plañideras que te adoren, te agasajen y vivan postradas a tus pies. Durante años he huido de ti sin éxito... He vuelto a tenerte frente a mí recientemente, pero en esta ocasión te he aceptado y te he sostenido la mirada. No formo parte de tu cortejo, no necesito apoyarme en ti.

    Te he vencido. Soy YO y únicamente YO quien recorre mi camino.

    Customización del cuento de "Los tres cerditos"

    Propuesta: Customización de un cuento

    Estructura de la customización del cuento de "Los tres cerditos" realizada a cuatro manos por Bárbara Monfort Colom y Rosa Cabedo Gallén.

    Versión de Rosa Cabedo a partir de la estructura a cuatro manos.

    Voy camino de la oficina, pero no es un día cualquiera. Ayer a última hora recibí del Departamento de Proyectos el informe mensual y el proyecto estrella va acumulando demoras a las que no encuentro explicación alguna. No podemos permitirnos entregarlo fuera de plazo, pues cada día de retraso nos representa 5K euros de penalización.

    En cuanto entro en mi despacho cierro una reunión con cada uno de mis tres responsables de área. Mi estilo de liderazgo es el divide y vencerás. Nunca me defrauda. Busco tres versiones de un mismo proyecto. Al fin y al cabo, mi objetivo a cumplir es la entrega del proyecto antes de la fecha fijada. Lo demás carece de importancia.

    Tras analizar más en detalle el último cuadro de mando, mi prioridad máxima es averiguar qué ocurre realmente con este proyecto que puede poner en jaque el margen de ganancia y posicionarnos en un escenario de riesgo cara al año que viene.

    El primero con el que me entrevisto es con Clown. Me consta que es mediocre en su trabajo, pero tiene dos habilidades fundamentales, imprescindibles en mi día a día. Me hace reír y me conoce muy bien. Después de una mala noticia es reconfortante saber que, por lo menos, una persona en la oficina es capaz de levantarme el ánimo. Me consta que no será él quien saque el proyecto adelante, pero le necesito para mantener mi motivación y afianzar mi propio liderazgo.

    Otra habilidad que valoro mucho es la imaginacion, y Clown la tiene a raudales. Es el mejor a la hora de crear sobre la marcha una historia -que en ocasiones puede llegar a ser factible- para justificar su retraso en la consecución de las metas de los proyectos que tiene asignados. Me consta que se desentiende de su equipo, que cada uno de ellos hace lo que puede ante la ausencia de un responsable, de un líder que les marque las pautas a seguir. Sin embargo, todos lo olvidan y se rinden a sus encantos en la reunión informal de los viernes a mediodía. Indiscutiblemente, Clown es el rey del terraceo. Siempre me paso un momento a saludar, ya que es en esas situaciones informales donde despliega su red de seducción sobre el personal a su cargo... y sobre mí.

    Mi segunda entrevista es con Addict. Si afirmase que le conozco un poco superficialmente, mentiría. Sigue siendo una incógnita para mí. Es el primero en llegar a la oficina y el último en abandonarla. No tiene picos en los que su productividad disminuya, ya que a lo largo de su jornada laboral tan sólo abandona su despacho a la hora de la comida. Realmente, su propio equipo le molesta y asume sus funciones, ya que... ¡quién las va a desarrollar mejor que él mismo!

    Su equipo lo tiene claro: se autogestionan por dos motivos. El primero de ellos es el poder justificar su pertenencia a la empresa y el segundo, el más preocupante, requiere de un gran esfuerzo realizado en unas condiciones de motivación más bien deficientes. Si Addict tiene alguna duda de cualquier naturaleza, exige una respuesta inmediata de cualquier miembro de su equipo. Eso les obliga a realizar labores en segundo plano que nunca verán la luz y, por lo tanto, nunca tendrán reconocimiento alguno.

    Soy plenamente consciente de la forma de proceder de Addict, pero el objetivo final es sacar el proyecto adelante. Nunca entro en cómo gestionan los responsables de área a sus equipos. Allá cada uno. Tan sólo importan los resultados, y Addict me ha asegurado la entrega sin demora con una probabilidad prácticamente del 100%.

    Finalmente, la última de las reuniones es con Kit. Me aburre y me estresa por partes iguales. No necesito que nadie me comunique de nuevo lo que ya sé, tan sólo me interesa que me notifiquen que el proyecto se va a entregar respetando los tiempos establecidos. No quiero saber nada de las medidas intermedias extras tomadas, ni de los recursos adicionales tanto económicos como humanos requeridos.

    El equipo de Kit se reúne a primera hora de la mañana donde se concreta el trabajo del día. El lema que cumplen todos sin excepción es que las reuniones no duran más de 15 minutos. Adicionalmente, si varios miembros consideran oportuno reunirse para un tema que les concierne únicamente a ellos, tienen autonomía para acordar encuentros formales o informales, según convenga.

    Kit espera tener avanzado el proyecto. Sin embargo, no puede asegurarme con rotundidad su finalización para la fecha prevista. El motivo se debe al calendario laboral, concretamente dos festividades locales en las que la empresa permanecerá cerrada. Así pues, no puedo esperar nada de Kit y se lo hago saber. No soporto la falta de compromiso.

    Necesito a mi alrededor personas que me sumen en seguridad, no que lo hagan en incertidumbre. Lo importante es realizar la entrega, los últimos flecos pueden finalizarse en los días siguientes. Kit aspira a entregar el proyecto ya concluido, mientras que lo que se requiere es hacerlo antes de la fecha límite.

    Suena mi móvil. Comida con el director general en media hora. Va a ser un buen día ya que le puedo confirmar que el proyecto se va a entregar en plazo. Mi bonus ya lo tengo asegurado. Al fin y al cabo, eso es lo que verdaderamente me importa. Cómo se recorre el camino me es completamente indiferente, tan sólo es relevante cumplir en tiempo. Después ya se le podrá dar forma..., si procede.

    Arquetipo: Explorador de emociones

    Hoy me he levantado y he escuchado, un día más, a mi voz interior. Ella es mi termómetro emocional, fiable al 100%, siempre y cuando se le escuche desde la honestidad. Durante muchos años ha sido la mensajera de falsas creencias, tabúes, prejuicios, pensamientos intrusivos, críticas constantes, ... Imposible amordazarla, siempre lograba abrirse camino.

    Pero entonces, de repente, se produjo un punto de inflexión. En lugar de acallarla, de luchar por ignorarla, la nueva estrategia fue escucharla. Reflexionar sobre lo que me decía, no dejar de preguntar, reflexionar sobre nuestras conversaciones para, finalmente, lograr comprender. La comprensión es la llave hacia la sanación, hacia el desarrollo interior y el autoconocimiento.

    Por eso yo y mi yo interior, alineadas, hemos adoptado desde hace ya un tiempo la ventana temporal de las 24 horas. Avanzamos en el camino del debo, tengo y quiero. Cada día hacemos por llenar un poquito más el vaso del quiero, en detrimento del debo y el tengo que. A medida que crecen los quiero, la voz interior se calma y se afianza en mi la paz interior en forma de terciopelo.

    Siesta

    Arañas y alimañitas
    comienzan a moverse
    en algún lugar
    del fondo del cráneo.
    Relojes pequeños
    sincronizando el paso.
    Un ejército en miniatura.
    invade con orden,
    pronto estaré dormida.

    El mundo externo se inmoviliza
    el interno se pone en marcha.
    Clic. Cambio de canal.

    Debajo del mar también hay olas,
    me ahogo gustosa.
    La identidad se quedó fuera,
    y la consciencia de ser.

    Queda la experiencia
    a secas,
    líquida,
    total,
    impredecible,
    Oz.

    El sueño que sueña
    que sueña
    que sueña que soñó
    no se detiene,
    no puede,
    va cabeza abajo y en caída libre.


    lunes, 29 de julio de 2024

    El cielo protector



    No se consideraba un turista; era un viajero.
    Subir a un autobús cualquiera,
    siete horas, diez horas, veinte, cuarenta.
    Máquina del tiempo, máquina del espacio;
    la magia lenta de cambiar de universo por unos pocos euros.

    Sonidos alien, olores alien, penetran y se instalan;
    son los agentes de la presencia.
    ¿Cómo podemos creer que aquí somos las mismas?

     

    El texto original

    No se consideraba un turista; era un viajero. La diferencia, explicaba, radica en parte en el tiempo. Mientras que el turista suele apresurarse por volver a casa al cabo de pocas semanas
    o de pocos meses, el viajero, sin pertenecer más a un lugar que al siguiente, se desplaza despacio y durante un período de años de una parte de la tierra a otra. En efecto, le hubiera costado mucho decir, entre los diversos lugares donde había vivido, en cuál precisamente se
    había sentido más en casa.

    miércoles, 24 de julio de 2024

    Todos contra el bullying

    Hoy es el gran día. En escasas horas va a celebrarse la primera edición del Congreso de Personajes de Cuentos. Ya convertidos en adultos, estos profesionales nos van a ofrecer encuentros en los que nos descubrirán en qué se han convertido, años después de que sus historias saltasen a la fama. El photocall donde nos ofrecen su primera aparición pública se encuentra abarrotado de prensa que desea captar esa primera instantánea

    -¡Buenas tardes! Mi nombre es Anne y soy la enviada especial de Sin Límites, la publicación digital de referencia para el mundo del coaching. A mis espaldas pueden apreciar cómo continúan apareciendo los protagonistas de esta primera edición del Congreso de Personajes de Cuentos, cuyo tema principal va a ser el bullying. Desde Sin Límites vamos a realizar un seguimiento especial sobre dos perfiles que espero les resulten fascinantes por las historias de superación que representan. Me refiero al Patito Feo y a Dumbo. Continúen con nosotros. ¡Esta aventura no ha hecho más que empezar! Les paso con mi compañero Marco que va a hacerles una breve introducciónó de los contenidos del congreso.

    -Gracias, Anne. Efectivamente, vamos a vivir tres días muy intensos, repletos de ponencias, workshops, foros de debate, encuentros, presentaciones de nuevas ediciones de cuentos y de eventos lúdicos que promuevan el intercambio de impresiones entre asistentes y ponentes.

    -Marco, ¿podrías ampliarnos información respecto a la programación prevista? -sugiere Anne, que se encuentra ya alerta y a la búsqueda de las primeras declaraciones de los protagonistas para Sin Límites.

    -Con mucho gusto. Según veo aquí en el flyer del congreso, os puedo anticipar los eventos más destacados:

    Ponencia plenaria inaugural y de cierre protagonizadas por dos oradores de máximo nivel, cuyas identidades no han sido desveladas.

    Cuatro sesiones paralelas focalizadas en los roles de las víctimas, los agresores, los observadores y los narradores de los cuentos. -Participan casi doscientos ponentes -matiza el periodista.

    Treinta workshops dirigidos por personajes principales. -Muy focalizados en actividades que invitan a una reflexión posterior a la lectura del cuento -añade.

    Encuentros entre asociaciones de antiguos lectores que favorecen los intercambios entre generaciones -generación silenciosa (1928-1948), baby boomers (1945-1964), generación X (1965-1980), generación Y o millennials (1981-1996), generación Z o centennials (1997-2012) y generación alfa (2013 hasta el presente).

    -Impresionante, Marco. Si me permites, tenemos con nosotros al Cisne Rey, conocido también como el Patito Feo. Para quienes aún no sepan de tu archiconocida historia, ¿podrías resumirla muy brevemente?

    -Por supuesto, Anne. En primer lugar, os agradezco profundamente ser una de las caras visibles del bullying en Sin Límites junto con mi hermano Dumbo. Respecto a tu petición, voy a intentar ser muy conciso. Mi infancia estuvo marcada por las agresiones físicas y psicológicas de los animales de la granja donde vivía. Tal era mi infelicidad, que decidí abandonarla. Fue un periodo de soledad y dificultades. Llegué a una zona pantanosa donde pasé unos meses muy complicados, hasta que me rescataron y me salvaron. Y no tan sólo físicamente, pues estaba al borde de la desnutrición, sino también me descubrieron mi identidad y me hicieron saber que sí pertenecía a un grupo, al suyo. Ellos, mi familia de cisnes, fueron quienes me rebautizaron como el Cisne Rey.

    -¿Podrías decirnos cómo ayudas a los demás a partir de tu experiencia infantil de bullying? -pregunta Anne, visiblemente emocionada.

    -Por supuesto. Además, quiero que sepas que este es el tema central de mis ponencias, una exposición más detallada de la metodología de trabajo aplicada. Dumbo y yo nos basamos en nuestras respectivas vivencias para, de esta manera, conectar con el público infantil y poderles brindar apoyo y orientación. Sobre todo, transmitirles la importancia de los límites, de no dejar que les juzguen ni se burlen de ellos, pero tampoco caer en el error de devolver la agresión con la misma moneda. Por supuesto, todo pasa por el respeto a los demás y a uno mismo.

    -Deseosos de escucharte mañana a las once de la mañana en la sesión paralela de víctimas de bullying. Compartirás escenario con Dumbo, tu socio y amigo desde hace ya muchos años. ¿Podrías decirnos cómo os conocisteis y cuándo decidisteis unir vuestras fuerzas en la lucha contra el bullying?

    -Muchas gracias por tus palabras, Anne. Voy a dejar que te responda Dumbo, cuenta mucho mejor que yo la historia de nuestro primer encuentro. Si no te importa, me gustaría incidir sobre un hecho de relevancia crucial para nosotros. En nuestras intervenciones ante un público infantil, una de nuestras funciones -y la más crítica desde nuestro punto de vista- es detectar qué situaciones requieren de una atención más específica, sugiriendo a los padres del menor que busquen ayuda profesional en la psicoterapia. Anne, ya tienes a Dumbo en el photocall. Corre, que no se te escape. ¡Nos vemos!

    Dumbo ha realizado una aparición estelar, muy a su estilo. Ha llegado volando, realizando un aterrizaje vertical perfecto sobre el mismo centro del photocall. Su puesta en escena tiene un mensaje muy potente, es una exhibición de confianza en sí mismo y de autoestima sobresaliente. Aquel pequeño de orejas enormes ha sido capaz de convertir las burlas de una infancia ansiosa en cariño y admiración allá por donde se deja caer -y nunca mejor dicho-. Siempre en un segundo plano, pero inseparables, se ve a Timothy posicionarse sobre su trompa. Son un equipo que despliegan una sincronización perfecta. De hecho, es Timothy quien localiza a la periodista y le hace saber que en dos minutos están con ella.

    -Mientras esperamos a Dumbo -confirma Amme-, voy a contar su historia. Vivió su infancia en un circo donde soportó el escarnio y el desprecio generalizado desde el mismo momento en que la cigüeña le depositó junto a su madre. El motivo no era otro que sus orejas de tamaño superlativo. Afortunadamente, siempre contó con el amor y apoyo de su progenitora, y de un amigo incondicional inesperado, Timothy, un ratón emprendedor con una visión de negocio fuera de lo común. Él fue capaz de convertir un trauma en forma de orejas en una ventaja competitiva, ya que logró que Dumbo se convirtiese en la atracción principal del circo siendo el primer elefante volador. Con el tiempo, los tres abandonaron el circo y se establecieron por su cuenta. Fue después de una visita al espectáculo del Cisne Rey cuando decidieron unir sus caminos, pero vamos a dejar que nos lo relate él mismo.

    -Buenas tardes, Dumbo. Les estaba contando a nuestros seguidores tu bagaje personal. Siempre has incidido en lo importante que resultó para ti el apoyo incondicional de tu madre y de Timothy. De hecho, sois inseparables. ¿Cuál es la fórmula de vuestra lealtad inquebrantable a lo largo del tiempo?

    -Buenas tardes, Anne. Encantado de estar aquí. También saludo a todo el mundo y les animo a que sigan nuestras intervenciones en estos tres días que prometen ser muy intensos. En cuanto a tu pregunta, simplemente puedo decirte que tengo una madre maravillosa que acepta a cualquier ser vivo tal cual es, nunca juzga ni prejuzga, simplemente escucha y abraza las diferencias. Y también tuve la inmensa suerte de que Timothy se cruzase en mi camino. Lleva consigo una caja de recursos emocionales infinita y sabe cómo aplicarlos en el momento adecuado. Somos muy afortunados por tenerle en nuestras vidas.

    -Tenemos una gran curiosidad. El Cisne Rey nos ha trasladado una pregunta para ti. Pensamos que no quería hacer spoiler de vuestra historia. Nos gustaría que nos contaseis cómo os conocisteis y en qué momento se unieron vuestros caminos profesionales en la lucha contra el bullying.

    -Ja, ja, ja. Realmente el artífice intelectual de nuestra unión fue Timothy. Nos conocíamos de referencia, pero no personalmente. Así que, este ratoncillo travieso le invitó a una de nuestras conferencias y ya allí le hizo contar públicamente su historia. El resultado no pudo ser mejor, nuestra conexión fue inmediata y trasladamos esa chispa a toda la audiencia. El resto vino solo. Nuestras vivencias y cómo las habíamos gestionado se encontraban alineadas, así que no tenía sentido continuar solos. Y así lo hicimos.

    -¡Impresionante! -exclama con admiración-. Ya para finalizar, me gustaría que nos adelantes unos trazos de vuestra famosa metodología de trabajo. Me consta que es una de vuestras propuestas de trabajo para estos días, pero estoy convencida de que nuestros seguidores agradecerán un avance.

    -Hemos formado una gran familia con un objetivo común: encarar cualquier conflicto relacionado con el bullying. Lo identificamos, lo observamos, lo escuchamos y nos acercamos lo máximo posible para, finalmente, comprenderlo. La comprensión es el punto de inflexión. Una reflexión a lo largo de cada uno de estos estados nos garantiza un conocimiento que podemos transformar en acciones prácticas en un tiempo relativamente corto. Si observamos escenarios complejos, sugerimos la intervención inmediata de psicoterapeutas.

    -Muchas gracias a ambos. ¿Podrías...?

    -Discúlpame, Anne -interrumpe Timothy-. Cisne nos reclama. Nos esperan para el posado oficial. Hemos de contentar al los patrocinadores. Al fin y al cabo, sin ellos no podrían organizarse este tipo de eventos tan necesarios.

    En cuanto Dumbo y Timothy se vuelven de espaldas, la periodista escupe por la boca toda su ira acumulada.

    -¡Deberían cortarles la cabeza a los tres! -ordena a no se sabe quién, pues tan sólo se encuentra frente a ella un cámara que no le presta la más mínima atención.

    -Pero si es ELLA. ¡La Reina de Corazones! Tenemos que avisar inmediatamente a Alicia, no puede dejarse entrevistar por esa tirana que no soporta que la contradigan -, piensa Timothy como reacción al comentario que escucha tras de sí.

    -Cisne, Dumbo, ¡código rojo! ¡Tenemos un problema! ¡He encontrado a la Reina de Corazones, se hace pasar por periodista! ¡Es Anne! ¡La he oído decir que nos deberían corta la cabeza! -susurra un alterado Timothy, una vez que logra separar a ambos amigos del grupo. Y añade-: No podemos demorarnos. De alguna manera tenemos que avisar al trío de jardineros y a Alicia. Todos la dieron por desaparecida después de mandar cortarle la cabeza al Rey, ¡pero se ha reinventado en periodista cultural!

    -¡No me lo puedo creer! -exclama incrédulo Cisne-. ¡Pero si parecía emocionada con mi historia! ¡Será falsa! Si, tenemos que localizar a los tres jardineros y a Alicia YA. Es cierto, la Reina descubrió que no fueron ajusticiados porque Alicia los metió dentro de un tiesto grande que encontró. De esa forma les salvó la vida. Cuando se enteró, juró vengarse de los cuatro.

    -Y esta aquí para cumplir su venganza -sentenció Dumbo-. Voy a sobrevolar el auditorio. Identificaré tanto a esa tirana como a nuestros cuatro amigos.

    -¡Localiza también al soldadito de plomo y a su compañía! ¡Que se encarguen de detener a la Reina de Corazones! -alcanzó a decirle Timothy a Dumbo justo antes de que empezase a batir sus orejas como alas, o bien sus alas en forma de orejas... ¡Qué lio!

    La operación Mimética ha resultado todo un éxito. En cuestión de minutos, los veinticinco soldaditos de plomo han entregado la Reina de Corazones a las autoridades. A modo de prevención, Dumbo ha cargado a Alicia y a los tres jardineros y se los ha llevado al otro lado del cordón de seguridad fijado por las autoridades policiales.

    Según han relatado más tarde, la Reina de Corazones ha sido incapaz de ocultar su tapadera por más tiempo. Se diría que hasta parecía liberada de haber sido finalmente descubierta.

    -¡Basta ya! -dicen que ha chillado con su voz de trueno-. ¡Cortadles la cabeza a todos! -éstas han sido sus últimas palabras mientras la introducían en el coche policial. En estos mismos momentos viaja escoltada dirección a la fortaleza diseñada ex profeso para las brujas malvadas. Allí le espera su archienemiga, Maléfica. Y yo me pregunto... ¿cuál es el motivo de esa enemistad? ¡Hum! Ese es otro cuento...

    La pérdida

    Elsa es la leona con más carisma del parque natural NATUR. Hace unas semanas tuvo tres crías que a los pocos días murieron. Según datos aportados por su chip subcutáneo, se ha aislado del resto de la manada. Los cuidadores la han encontrado junto a sus cachorros muertos e inmersa en una espiral de melancolía.

    Tras catalogar como grave el estado emocional de Elsa, los responsables de su cuidado han decidido suplantar sus tres cachorros por nuevas crías con el propósito de que la leona decida adoptarlos. Los afortunados han sido cuatro cerditos a los que se les ha puesto un pijama que simula el aspecto de un león.

    Los cerditos, rechazados a su vez por su madre, en cuanto han visto a Elsa se han lanzado a mamar sin esperar ninguna invitación formal o la menor muestra de aprobación proveniente de la leona. Por su parte, ella ha permitido que se acercasen y no se ha mostrado en ningún momento agresiva. Al finalizar, los ha agrupado en torno a sí para protegerles y darles calor.

    El proceso de duelo le ha sido doloroso, incluso le ha llevado al aislamiento y a los terrores nocturnos que le hacían revivir una y otra vez la experiencia de la pérdida. Todo el mundo desea, y así parece ser, que la llegada de los nuevos cachorros a su vida sea un aliciente suficiente como para despertar de nuevo su instinto maternal y volcarse en ellos como hijos suyos que ya lo son.

    A los pocos días, en la manada ya pudo verse a Elsa, muy pendiente de los cuatro nuevos miembros, cuatro cerditos en pijama entremezclados con las otras crías de leones.

    martes, 23 de julio de 2024

    El cuento de Barbazul

     
    La de Barbazul es una historia sangrienta. Uno tras otro, todos sus amores, si es que pueden llamarse así, pasados por cuchillo y amontonados en el trastero, como muebles inútiles.
    Barbazul nació en la Coma, barrio cañero y cañí. De azul no tiene nada, ni barba ni sangre. Su capilaridad facial es curiosa, eso sí, sobre todo en una mujer como ella. Gitana de pura cepa, pechos como las fuentes del Guadiana, mirada flamígera. Sus hijos de diferentes padres la temen y la veneran a partes iguales. Tal vez por eso ninguno se ha quedado en casa más allá de los 15.  
    Al menos así se lo explica ella, mientras carga con la compra de la semana. Va siendo hora de volver a intentarlo, piensa, mientras sube el tramo de escalera hasta el ascensor destartalado.
    El elegido no tardará en aparecer, en forma de revisor del gas. Que poca suerte he tenido en la vida, piensa, mientras lo mira de arriba abajo desde el umbral de la puerta cochambrosa. Siempre hombretones viriles y borrachuzos. Echaban una mirada a su suntuosa barba ondulada y caían rendidos a sus pies. Después pasaba lo que pasaba.
    Rubicundo y sudoroso, el revisor parecía impacientarse en la puerta. Lo tomó delicadamente del cuello y hundió su cara entre sus pechos de madre múltiple. De allí ya no saldría. Los saberes ancestrales de Barbazul lo mantuvieron atado a la jaula de sus placeres, durante semanas y meses. Apenas respiraba, apenas abría los ojos, y cuando lo hacía solo era para pedir más con un suspiro agónico.
    -Una sola cosa te pido —le dijo Barba al cabo de 4 meses de amores— nunca, pero nunca te atrevas a levantarme la mano.
    El revisor levantó la vista incrédulo. Una mujer altiva, poderosa, una reina de los calé… ¿temía el maltrato?
    Pasaron los meses, las rebajas, las revisiones de la furgoneta, las fiestas del vecindario, los carros de la compra, las sillas a la fresca… y un buen día llegó el invierno e hizo falta la manta para el sofá, guardada en el trastero.
    El revisor tuvo un desmayo al ver la sangre y los cuerpos. Para cuando volvió en sí, lo había entendido todo. Los gritos y los forcejeos, los celos absurdos, la crispación alcohólica, la violencia contestada, el quid pro quo popular e inapelable.  
    Se levantó despacio, y fue a la ferretería. Compró un tubo de silicona y el candado más grande de todos y selló juntas la puerta del trastero y el pasado aterrador y aterrado de Barbazul. La llave se oxida en el fondo de la Albufera.
    Volvió al piso, donde vivieron felices y tuvieron trillizas barbudas, con barbas de los tres colores primarios.

    Sobresalto

     Escribir sobre una misma siempre es lo más difícil. Siempre pensamos que nuestra vida no tiene suficiente interés como para ser puesta sobre papel. Mucho menos para ser leída por alguien. Las vidas fascinantes siempre son las otras.

    Me levanto de la silla a cerrar la ventana del patio; el perro del vecino siempre haciendo esos ruidos extraños. Una especie de gruñido sordo y ascendente. Salvo por esto, en mi casa siempre hay un silencio sólido. Como una gelatina que ocupa los todos los orificios, implacable y eficiente. El silencio de mi casa se parece a tapones en los oídos. Es como un telón de fondo a la vez ubicuo y lejano.

    Decía que mi vida no es literatura, no puede serlo. Porque consiste en una repetición de gestos, una serie de acciones ordenadas. Una secuencia, previsible hasta en sus sobresaltos. Levantarme a las 6, leer hasta las 8, sacar a las perras, sentarme frente a la ventana abierta (hasta que empiezan los ruidos), prepararme algo de comer, hacer la siesta, fregar, sacar las perras, apagar la luz, dormir.
    Hoy vino la vecina a tocarme la puerta. No pude entender lo que decía. Abría y cerraba la boca y emitía sonidos, pero no fui capaz de descifrar ninguno. Cada vez me cuesta más poner atención.

    Por la ventana se expande el cielo. Como la boca de una ballena. Cambio de colores, ahora negro, ahora rosa, ahora azul profundo. Pájaros y sus piruetas, previsibles, casi me las sé de memoria. El mundo exterior y su secuencia de siempre, repetición sin fuga. Temperatura ascendente, descendente, inexistente. A ratos no hay temperatura. Viento de abajo, con su olor a ciudad. Los gruñidos. Hoy producen una leve vibración en el cristal.

    Cenar, ir a la cama, cerrar los ojos, dormir. Entre cerrar los ojos y dormir está el telón de fondo esperándome. Tranquilizante, hipnótico, acogedor como un océano profundo, como un océano sin agua, como un abismo sin caída. Un ostinato silencioso detrás de mis ojos cerrados. ¿Tal vez durante el día también está allí? Escucharé mejor, seguro que sí.  

    Las 7, café y Borges. Vibraciones. ¿Vienen de las paredes? Me levanto a mirar por la ventana. Todo igual, la misma foto en movimiento de ayer. Ese perro irritante sigue haciendo de las suyas. Nunca consigo verlo, debe ser realmente grande.

    Al acabar el día, vibra el pavimento. Ir a la cama, cerrar los ojos, telón. Me acuna su rumor acuático, late profundo en mis órganos. Crece como una marea. Interna y externa. Líquida y vertiginosa. Hasta volverse estrépito. Estrépito de los cinco sentidos. Avanza. Implacable y eficiente. Me sumerjo en sus brazos. Sorda al fin. Sueño con él. Sueño en él. Es el fin de la secuencia.  

    lunes, 22 de julio de 2024

    Mezcla de cuentos.

        El patito feo salió de la clínica de belleza con la seguridad de que su vida cambiaría a partir de aquel momento. Había invertido todos sus ahorros en la implantación de cabello, un tratamiento de botox en el pico y patas de gallo y una liposucción para quitarse barriguita. 

    Quería celebrarlo a lo grande y por eso decidió darse un homenaje en la mejor pastelería de la ciudad, ¨Hansel y Gretel Bakery¨. Cuando llegó el lugar estaba a rebosar de clientes, algo habitual, y pidió su pastel favorito, una enorme ración de tarta Selva Negra y un batido grande de chocolate.

    Lo degustó lentamente, saboreando cada cucharada con cuidado para no hacer ningún movimiento brusco, no fuera cosa que el tratamiento se fuera a pique. Pero cuando estaba absorbiendo el último sorbo del batido se percató que en la mesa de enfrente un precioso gato, ataviado con botas camperas y sombrero de ala ancha, llevaba varios minutos observándolo. Lo conocía de oídas, pues era famoso en su entorno y todas las patas babeaban por él y por su fama de malote.

    Se puso nervioso, pues el gato era realmente atractivo, y no pudo evitar devolverle la mirada con ojos golositos. 

    En otra mesa, una familia numerosa constituida por un príncipe, una doncella y siete enanitos que no paraban de alborotar, celebraban el cumpleaños del más joven. Llevaban más de media hora hablando, cuchicheando, mirándolo y riéndose por lo bajini.

    Fue entonces, cuando con perspicacia y sigilo, se le acercó el gato y le dijo —"¿Se ha dado usted cuenta de que va desnudo?¨ El pobre pato, al creer lo que le decía, empezó a taparse con todas las servilletas de papel del servilletero y salió corriendo a toda prisa del lugar, olvidándose de pagar la cuenta y tropezando con todas las mesas y sillas que encontró en su camino.

    Cuando llegó a casa, se apresuró a abrir la puerta del armario para ponerse cualquier cosa, y cual fue su sorpresa que iba vestido como si fuera una bailarina del Lago de los Cisnes. Entonces cayó en la cuenta de que hacía tiempo que llevaba notando ciertos cambios en su persona, y que si se le caían las plumas de la cabeza quizás no era alopecia sino un cambio de la adolescencia. Lo mismo podía estar ocurriendo con su acné, la aparición de curvas en su cuerpo y su sensibilidad a flor de piel.

    Salir a toda prisa de la pastelería había hecho añicos el tratamiento y ahora todo era pluma a su alrededor y pomposidad. Pero se sentía feliz, aun estando desnudo como el mismo gato había comentado con desdén. Sin embargo su desnudez le hacía libre. Se había desprendido del disfraz, estaba desnudo, si, desnudo por dentro. Se notaba ligero, libre, se veía hermoso y por primera vez en su vida, se sintió orgulloso de sí mismo.

    miércoles, 17 de julio de 2024

    Ende, Momo & yo

     Gracias Ende por mostrarme a través de Momo que la realidad es tan relativa como el tiempo

    Que se despliega ante nosotros 

    imponiéndose

    con tantos miedos como guardamos

    y con tantas alegrías como anhelamos.

    Vaya fiasco que los mayores no nos enteremos,

    que vayamos perdiendo la memoria a medida que crecemos,

    que creamos tener la verdad absoluta de lo que creemos.

    Gracias por haberme enseñado que la imaginación es refugio 

    y la locura camino para expresar nuestra verdad

    A mi admirado Gabo

    Aunque te conozco desde los doce años, nunca he sentido la necesidad de dirigirme a ti. Imperdonable por mi parte, teniendo en cuenta que fuiste la persona que más me impactó en mi preadolescencia.

    Te descubrí gracias a una de mis profesoras. Me habló del realismo mágico, algo que inmediatamente captó mi atención. Fantasía y realismo en un solo concepto... prometedor. Así es cómo descubrí la que considero, aún hoy en día, mi novela favorita: Cien años de soledad. Mi cerebro cayó rendido ante ti. Ya no quise saber nada más de lecturas juveniles, me convertí en una temprana y fiel admiradora tuya.

    Pero hoy me centro en tu papel de cronista en tu obra Noticia de un secuestro. Mi escritor favorito, ese que me había trasladado tantas veces a su mundo mágico, me daba en primera persona una bofetada de realidad que no esperaba y para la que en absoluto me encontraba preparada.

    Es cierto, no es uno de tus libros más conocidos. Sin embargo, quiero que sepas que me impactó especialmente cómo fuiste capaz de penetrar tanto en el mundo de los secuestrados como en el de los secuestradores. Para mi sorpresa, llegué a empatizar con todos ellos. Desconcertante. Fuiste mi reportero, me cogiste de la mano y me hiciste saltar de un mundo al otro hasta el último de los capítulos. Fin de viaje. Allí me quedé exhausta, consternada y angustiada... pero con ganas de querer saber más.

    Me hiciste reflexionar, por primera vez, sobre la complejidad de ciertos conflictos. Cómo su gestión requiere paciencia, tenacidad y dosis infinitas de aplomo y coraje. Y, sobre todo, lo importante que es dirigir nuestras acciones tan sólo sobre aquellas cuestiones sobre las que verdaderamente podemos lograr avances. O, lo que es lo mismo, focalizarnos en objetivos que sean realistas.

    Sin embargo, me hubiese gustado que finalmente se hubiese producido esa entrevista fallida entre tú, Gabriel García Márquez, y el patrón del mal, Pablo Escobar. No pudo ser, la muerte se lo llevó por delante. Me hubiese encantado conocer a través de ti la complejidad de su personalidad. Un hombre carismático y ambicioso que creía firmemente que el mundo acabaría postrado a sus pies.

    Tú me mostraste en Noticia de un secuestro una realidad desde diferentes ángulos, la de cada uno de sus protagonistas tan antagónicos. La comprensión de sus motivaciones individuales me permitió penetrar en ellos.

    No he sido plenamente consciente de ello hasta ahora mismo... En cierto modo, sientas las bases para el análisis de conflictos. En tu papel de cronista, vas maniobrando a tu conveniencia con el problema, el proceso y las personas. Parece sencillo, pero no lo es. Es sencillamente brillante.

    martes, 16 de julio de 2024

    Carta a Daniel, el Mochuelo (El Camino, Delibes)

     Querido Mochuelo, Daniel, amigo:

    Muchos años han pasado desde que ambos supimos lo que es dejar la tierra que han pisado nuestros pies desde el día en que nacimos.

    Contigo, compartí la sensación de no pertenecer a ningún lugar porque las raíces, una vez que salen de la tierra, ya no vuelven a arraigar igual.

    Y está bien, puede que sea bueno no sentirse de ningún lugar para pertenecer a todos.

    Gracias a ti supe que nuestra materia prima no la componen huesos, carne, piel y sangre, sino sonidos, aromas, recuerdos y el pequeño tesoro de la amistad; una amistad que pocos entienden, que te ata con cuerdas ásperas como el esparto, a veces inexplicables y siempre indestructibles.

    Perdimos mucho tiempo buscando eso para lo que nos prepararon, dejamos que los sueños de otros anidaran en nosotros, como un cuco en nidos ajenos. 

    Pero al fin y al cabo, nuestro camino es el que recorremos, y en él aprendemos que recomponerte es parte de la vida y que la amistad puede brotar, flocerer incluso en terrenos áridos y abandonados.

    Gracias por hacer que no me sintiera sola.

    Daniel, amigo, espero que nuestros caminos vuelvan a entrelazarse, que nos sentemos en la vereda y nos contemos la vida, o simplemente permanezcamos en silencio tirando piedras al río y viendo cómo el atardecer envuelve la esencia de lo que somos, de lo que siempre fuimos.

    lunes, 15 de julio de 2024

    Querida Anne Frank

     Estimada Anna Frank:

        Quantíssim de temps sense escriure't! Molt. L'última vegada que ho vaig fer fou a juny de 2013, si no me falla la memòria. Aquella última vegada vaig complir una de les propostes de vida, un compromís que tenia amb tú i a la vegada amb mi mateix. Vaig visitar Auschwitz, el primer camp on vas aplegar quan te van arrestar al "escontite secreto".

        Vaig emprar més de quatre hores en la visita al camp. Quin xoc. A l'eixir d'allí te vaig escriure rapidament, igual que ho faig avuí, després de molt de temps sense fer-ho. Te dec, millor dit, ens debem una visita a Bergen-Belsen. Tot aplegarà, però ja saps que empatitzo massa amb el tema i, passada la meua visita a Auschwitz vaig estar en mal sons més d'un mes. De manera que ja aplegarà, temps al temps!.

        De moment m'alegro de xarrar de nou amb tú. La veritat és que pareix com si haguerem estat parlant ahir mateix, com si no haguerem perdut la seguida... i és que els bons amics no necessitem parlar a diari. Ambdós ens coneixem ja prou bé. Saps que vas ser la meua millor amiga durant anys. Quants quaderns vaig omplir escrivin-te! Diria que tú me coneixes millor que jo a tú, i és que en el teu cas només me vas escriure un quadern. No és un retret, però me dol, m'haguere agradat tant rebre un dia una carta teua de tornada... Però el destí te tenie guardat un desenllaç fatal i prematur. Era coneixedor però tot i això te vaig triar com a millor amiga, sabent que mai ens veuriem.

        Quants anys te deguera escriure?. Si contem aquesta carta i la que te vaig escriure des de Polònia podem dir que mai he deixat de fer-ho, només m'he espaïat. Quan t'escribia a diari era només un adolescent, com tú, que encara no has crescut. En el meu cas coneixia gent al meu voltant, però amistats ja saps que en tenia ben poques, no era de tenir-ne, llevat de tú. Recordes com vam començar? Jo si, hahaha!. Jo portava anys escrivint quaderns, diaris, però no li escrivia a ningú en particular, ere com tirar paraules a un forat. Tot i això m'encantave fer-ho! Ja te vaig contar que tot açò m'ho va ensenyar una mestra que vaig tenir, la qual tinc pena perque no recordo el seu nom. Vaja temps aquells de l'EGB! Ni boig voldria tornar... quina por! Aquells anys van passar leeeeentament. Quan anava a l'escola tenia un únic objectiu: passar desapercebut, tant per als companys com per als profes, sobretot a aquestos últims va ser un repte. Ara, vist des de fora no entenc aquella situació ni entenc cóm podia seguir complint anys sense entendre les lletres, sense saber llegir encara i per damunt de tot sent conscient de la necessitat grandíssima de poder-ho fer.

        La sol.lució que me van posar era que me treien del grup i anava a l'aula que s'anomenava Educació Especial. Allí estavem els xiquets de varies edats que, o bé eren massa trastos i no deixaven adelantar el ritme de la classe o bé els qui, com jo, no aclariem res. Recordo a una mestra que se die Glòria, joveneta i inexperta, la qual cosa li va costar molts disgustos amb els "malotes" que li feren passar mals ratos. Pobra, no me ensenyar res. Igual que Salvador, me caie bé, però tampoc me va ensenyar a entendre les lletres. Ni Gema, ni Isabel, ni Tere, ni Adelina... passant cursos així. Curiós que sé els noms de qui no me va poder ensenyar, en canvi no recordo el de la mestra que va venir un any que tot va canviar. Ella no me va deixar anar més a l'aula d'Educació Especial. Me va dir que aniria a totes les classes amb la resta de companys que ja llegien i escrivien amb normalitat. Va fer vindre mos pares per a explicar-los la nova situació: prou d'anar a un altra aula i tots els dies me quedaria de 5 a 6 a fer-li companyia fins que aprenguera a llegir.

        El primer dia se van fer les 5, els companys van marxar a casa. Jo me vaig quedar "castigat" i per a sorpresa meua, el castig no era estudiar, sinó jugar amb la profe com si fora una igual. Cada dia me portava joguets de sa casa i ens ho passavem genial. Era el nostre secret!. Una volta més, no recordo el moment, però per al meu disgust me van alçar el castig. Resulta que vaig aprendre a llegir i escriure i no m'havia adonat. Me va disgustar no quedar-me més de 5 a 6, i ella me va proposar de començar a escriure cada dia a ma casa un diari personal. Així va començar tot Anna.

        Quan vaig aplegar a l'adolescència te vaig descobrir a tú, el Diario de Ana Frank. Qué ràpida va ser la nostra connexió. Vaig deixar de sentir-me un raro per no tenir massa amistats. Vaig trobar a algú amb qui m'entenia i me sentia identificat. Vas ser un gran pas per al meu desenvolupament personal. Per fi, li estava escrivint a algú que m'ajudava a crèixer i vaig fantasejar en que vas ser tú la mestra sense nom que m'havia ensenyat les lletres. Gràcies per tot Anna! 

    Ofelia y yo

     Querida Ofelia, hermana, hija y amante de hombres de hierro, pajarito indefenso enamorado de la vida. ¿Cuánto podías aguantar viva? Canciones y flores contra piedra y espadas. Tu locura era la locura del héroe, salvajemente frágil. Gracias por abrirme los ojos. Gracias por abrir los ojos. Naciste ermitaña, emparedada, marioneta, destinada a la estructura y la norma. Te hiciste bailarina, pitonisa, titiritera, a la vista de todos.

    Tú lo sabías: no importa el escenario, no importan los muros ni los abismos. Me enseñaste el arte del flotar hacia ninguna parte, el arte del suicidio de flores. 


            

    domingo, 14 de julio de 2024

    Carta a Pip de 'Grandes Esperanzas' (Charles Dickens)

    Hola Pip,

    Hace muchos años que no hablamos y hoy he encontrado el momento para sentarme y escribirte una carta de agradecimiento por todo lo que hiciste por mí.

    Aunque tú no lo sepas, tu vida me impactó no solo por la inocencia de tu corazón y tú inmensa generosidad, sino por tu fortaleza y tu capacidad de no juzgar a los demás por su clase social o su pasado.

    Reconozco que me molestó que siguieras enamorado de Elizabeth a pesar de su vanidad y altanería. Incluso, leyendo algunas páginas en las que ella te trataba con tanto desprecio, me hubiera gustado que te rebelases y le dijeras lo repelente, estirada, engreída, arrogante y elitista que era. Sin embargo, tu bondad y tu saber estar siempre estuvieron por encima de todos sus insultos y, finalmente, pudiste darte cuenta de que representaba una fachada, que no fue ella la que te deslumbró, sino su estatus, y supiste decir basta.

    Creciste conmigo Pip. Yo era más mayor que tú, pero mi corazón de niña empatizaba con tus dificultades y tus sueños. Tu deseo de encontrar un hogar, tu coraje para seguir adelante y superar los momentos duros, tu pasión por aprender, tu capacidad de trabajo y tu inmensa gratitud me enseñaron a caminar con la esperanza de que la vida nos puede sorprender para bien, nos ofrece personas que nos acompañan y nos ayudan a cambio de nada, que somos quien decidimos ser a pesar de los acontecimientos y que vivir es un viaje maravilloso lleno de baches.

    Gracias Pip por tantos momentos emotivos y tantos otros llenos de diversión. Hemos llorado y reído juntos. Viajado a Londres y Australia, y a muchos lugares hermosos y lúgrubes. Pero, sobretodo, hemos pasado horas hablando y existiendo, porque mi lectura te despertaba de las paginas y tus palabras habitaban mi imaginario. Gracias por animarme a leer a los clásicos y por enseñarme tanto sobre el arte de la escritura.

    Relato. Madre Tierra (ejemplo de realismo mágico) En la Vila había dos maneras de tener un hijo, hacerlo de forma natural o a trav...

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