martes, 21 de enero de 2025

¿La rutina o el final de la rutina?

 


El señor Ramón no cabía en sí de emoción, los pasos que lo habían llevado al éxito no le producían ningún orgullo, pero tampoco vergüenza. Abrió mecánicamente el cajón y cogió las llaves, los cigarros y la libreta. Un empujón a la puerta giratoria y ya estaba fuera.  Puso en marcha el coche, el motor resopló y se resistió como siempre. Es como una metáfora, pensó, que las cosas funcionen no es automático, ni silencioso, ni indoloro.  
Unos cuantos kilómetros, un par de cigarros y aparcar detrás de la finca, donde la fila de olmos retorcidos y el vertedero de muebles. Otra escenografía perfecta. Vaya con el guionista de mi vida. ¿Qué viene ahora? Meter la llave en la cerradura. Pollo frío y vino. Masticar y beber y sentir el alcohol subiendo poco a poco los decibeles del pensamiento, hasta arrancar las palabras. Libreta. Borronear durante horas. Dormir sin sueño.  
No va de emborracharse, tampoco de jugar al antihéroe, pero no sabe cómo dejar de hacer ninguna de las dos cosas. Mario vendrá mañana a por el texto. Será un striptease, una exhibición del circo de su vejez. Madurez poética le llamarán. El ego ya no se infla, ni reacciona. Solo la emoción, tal vez la emoción de la llama que se sabe moribunda. Que así sea pues, bienvenida la pirotecnia que aturde y exalta y olvida.

2 comentarios:

  1. ¡Qué interesante! Es un ejercicio de qué es la tarea del escritor, usando y rompiendo los estereotipos, muy logrado.
    Me interesa mucho que sigas por eso camino, el del escritor un poco hastiado de su rutina, desinflado del ego, con una relación cansina y conocida con su editor, y sobre todo de la dificultad que se le presenta de seguir escribiendo.
    Me gusta que rompas con la sensación idílica de que escribir es siempre agradable y fácil, pues todas sabemos que puede ser muy desazonador, solitario e incluso pesado.
    Te propongo escribir la llegada de Mario y ahondar en esa idea que estás dibujando.
    De ser otra diferente a lo que a mí me ha transmitido, juégala, sumérgete en ella y remátala con un final que redondee lo que quieres contar.
    Hablando del subtexto, todo lo comentado anteriormente es el subtexto que yo he deshilachado, pero de ser otro, ve a sus entrañas y déjanos que como lectores lo descubramos, siendo así lectores activos de tu historia.
    Felicidades Gabriela. Es muy buen texto.😘

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  2. Mmm qué interesante lo que propones, ahondaré por allí. De todos modos, también me interesa el hecho de que mi intención es dirigir la atención a un sitio, y se va a otro! En este caso, quería transmitir que el éxito le ha llegado ahora, tarde, cuando es ya mayor, pero parece que transmito que siempre ha sido escritor, y ha vivido de ello....

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